miércoles, 11 de septiembre de 2013

Reseña de "Cuentos Mexicanos Posmodernos" (Lauro Zavala)

     
     Tuve una atracción inmediata por el título “Relatos mexicanos posmodernos”, quizá porque, irónicamente, me parece lejano pensar en lo posmoderno. A veces no es fácil acercarnos a los escritores de nuestra generación, a aquellos quienes todavía no han sido mitificados por su obra. En este libro, dirigido y prologado por Lauro Zavala, se nos invita a conocer la nueva narrativa mexicana, gestada precozmente de unas décadas para acá; conjunto de voces que figuran entre las sombras del presente uno de los géneros con más tradición: el cuento. En esta antología abundan escritores consagrados, sapientes del oficio del cuento y sus constantes metamorfosis, datados desde 1967. Autores que estimularán en nosotros nuevas visiones, más cercanas al fondo de los temas populares. 
     Ahí podemos leer a celebridades recién fallecidas, tales como Salvador Elizondo con su relato “Los museos de Metaxiphos”; a Augusto Monterroso y “El camaleón que finalmente no sabía de qué color ponerse”; “El secreto está en la mano izquierda” de Carlos Monsiváis, sin perder el humor picaresco y desechable que siempre lo caracterizó; a Alejandro Rossi con su cuento “Por varias razones”; “Nos han dado Cadereyta” y “La apariencia: una casualidad” de Rafael Pérez Gay y Daniel Sada, respectivamente. También hay autores que actualmente forman parte del gremio nacional de las letras, tales como José Agustín (presente en nuestras líneas desde el movimiento de “La Onda”) y su cuento titulado: “Cómo te quedó el ojo (querido Gervasio)”; y Oscar de la Borbolla, con su ingenioso cuento de doble final: “El paraguas de Wittgenstein”; por citar algunos. 
     La intención de Lauro Zavala queda impresa desde el prólogo: acercarnos a esta mezcla extraña de formas literarias que llegarían a adoptar el nombre de posmodernismo. 
     Nacido en la ciudad de México el 30 de diciembre de 1954, Zavala ha sido uno de los teóricos del cuento más importantes de nuestro país. Además de su ponderada dedicación al cine y a la semiótica, actualmente es miembro de la Academia Mexicana de las Ciencias; profesor de análisis cinematográficos, desde 1984, en la UAM-Xochimilco; doctor en literatura hispánica por parte del Colegio de México y cofundador de la revista electrónica Cuento en red[1]. También ha sido creador de numerosos modelos de análisis textuales, esto tocante al nuevo estilo de cuento posmodernista, donde destaca la figura de la metaficción (o mini-cuento). Ha publicado trece antologías relacionadas al relato desde los años 90’s, donde se encuentra precisamente “Relatos mexicanos posmodernos”, conformado por veintitrés obras que tienen algo en común: son fuentes de caracteres como la ironía y su amplitud temática que aborda casi todos los rincones de la percepción humana, dándonos la impresión de tener una seria conexión con las historias que se nos han sido presentadas, poniendo al descubierto novedosos ejercicios de imaginación y estilo. Uno de ellos, el que me pareció más sutil, está impreso en: “Lo que tú necesitas es leer a Kant”, relato donde se lleva a cabo un diálogo entre dos personas, suceso muy común; pero el efecto que logra Hinojosa al omitir una de esas voces narrativas, la vuelve fascinante. 
     Estos cuentos están empapados de lenguaje popular y extravagancias eruditas, así que está dirigido a todo público, desde una persona que no conozca a “Moby Dick”, hasta otra que raye en el fanatismo por la obra de Herman Meville, podrán identificarse con la fábula humanizada que nos plantea Pedro Ángel Palou en su relato aquí presentado. Ese es el doble roll que juega este libro: liberar los arquetipos encerrados de nuestra cultura y comprenderos de manera factible. Como se trata de relatos breves, es posible leerlos en cualquier momento, sin quitarnos mucho tiempo; parece que Zavala pensó muy bien cómo iba a estructurar esta antología; sabía que debía reunir el material más representativo de hibrides posible; pero que no se tratase de cuentos amorfos y sin una línea de continuidad a la hora de ser leídos. 
     Otro de los adeptos de este libro se trata de la hilaridad con que algunos relatos fueron escritos, con la intención, claro, de que Lauro Zavala refutara la teoría, hasta ahora imperante, por parte de la crítica literaria: que la literatura posmoderna es lo mismo que la literatura contemporánea y ésta a su vez carece de sentido del humor. Todo lo contrario, no exagero si digo que el posmodernismo en nuestro país se llevó de una manera muy exuberante y fructífera, debido a la multiplicidad de estilos literarios que en él abundan, todos mezclados, hasta darnos la impresión de generar un caos, partiendo desde índices incompletos, infinitos, sobre recetas trasquiladas de alguna tesis desechada, hasta el emporio de libros que son el mismo libro capaz de evocar las reflexiones más profundas sobre la condición humana. Está prohibido no reír. Hilaridad es lo que se necesita en nuestros tiempos y esta reunión de estos cuentos la compensa.


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1. En: http://cuentoenred.xoc.uam.mx/ (Ultima vez revisado el 10 de Julio del 2013).



Lucas Luján

martes, 13 de julio de 2010

Frase Lucas




«Para mí, la improvisación en todos sus medio expresivos, es confrontar una obra contra nuestra alma, intentando alcanzar la perfección estética de ambas»  


Lucas Luján


jueves, 8 de julio de 2010

Crítica de “El castillo (Franz Kafka)”




Si bien se puede ver, “El catillo”, es una clásica obra kantiana, reconoce a la perfección la embrutecedora prosa que denota su autor en el ámbito de la novela. Una obra interpretada en muchas ocasiones como una paradoja social, revelando el absurdo que se vive en el mudo moderno, escaso ya de valores y encarcelando por su propia voluntad al espíritu humano. K., el personaje protagonista, se desenvuelve dentro de ese mundo satirizado en una hipérbola existencial: Una noche llega a un misterioso pueblo a ejercer el trabajo de agrimensor, el cual no se requiere en ese lugar. Esta circunstancia provoca que K. desee desentrañar la razón de su contrato, y conocer a los altos mandos que lo dirigen desde arriba, en el castillo que gobierna el pueblo; entrevistarse con esos seres que a veces se sospechan inexistentes para así saber la razón exacta de su estadía ahí. Sin embargo, como en una gran empresa, nunca se sabe para quién se trabaja y K. se ve expuesto como un subordinado inconforme el cual, por más que solicite e insista una entrevista con sus jefes, jamás logra conocerlos. Llegando hasta el punto en que, un día caminando, decidido de llegar al castillo, este parece alejarse con cada paso que da. Kafka refleja una realidad oscura y siniestra a través de una historia contundente, dándole a la novela un toque pre-surrealista que años después, muchos otros poetas y pensadores adoptaron como punto de partida para sus propias obras. Kafka nunca concluyó esta novela, debido a eso, no tiene un final claro. Yo creo que no necesita de un final, es más, el final para esa genialidad no existe. Un libro fascinante, extraño y en exceso reflexivo, un clásico de la literatura universal. Recomendable para todos.       



Lucas Luján
  

miércoles, 9 de junio de 2010

Crítica de “El innombrable (Samuel Beckett)”




Si se pudiera comenzar por algún lado la descripción de este libro, hubiera tardado aún más en concretar un análisis, y es que “El innombrable” pareciera no tener comienzo ni final, tan sólo un desarrollo narrativo absolutamente relativo, el cual nos sumerge en la resuelta prospectiva del protagonista que, basado en un existencialismo cómico, estático  y absurdo, nos ensambla en un enorme universo totalitario ideado en un soliloquio consigo mismo, buscando sin una intención de encontrar la razón de una existencia clara. El personaje no tiene nombre, ni forma, ni identidad siquiera, y a lo largo de la novela va adoptando máscaras representativas de otros personajes ya perfilados de Beckett en un pasado, (tanto en sus obras de teatro, como en sus cuentos y novelas). El protagonista es Molloy, pero también es un tal escritor Mahood y un extraño llamado Worm, y así va utilizando distintas personalidades, como si se tratara de un personaje hibrido, tratando de adaptarse a un entorno subterráneo, inconsciente y a la vez consiente, asegurando que él es sin saber qué, pero convencido de su existencia. Como si se tratara de un simple pensamiento el cual formulará toda una vida; una masa gris que limitada a observar su entorno, a través de simples métodos empíricos del conocimiento. Beckett demuestra la genialidad a través de un grito desesperado de existencia, con una obra tan sorprendente por su profunda noción del “Yo soy”, mientras se pregunta sin preguntar: ¿Dónde ahora? ¿Cuándo ahora? ¿Quién ahora?, cuestionamientos clásicos de la filosofía universal, tratando de esclarecer la sombra de un existencialismo raquítico que dejó arrastrando la segunda guerra mundial en toda Europa. “El innombrable” última de una trilogía de novelas que el autor publico allá a inicios de los años 50´s. Muy recomendable. 



Lucas Luján

jueves, 8 de abril de 2010

Recuerdo de un gigante




[Boris Vian 1920 – 1959]


“Mientras exista un lugar en el que haya aire, sol y hierba, tenemos la obligación de lamentar no estar allí, sobre todo si somos jóvenes”


Homenaje:
─La hierba roja─


Homenaje de Lucas a Boris Vian