miércoles, 11 de marzo de 2009
La playa
Hay una gran diferencia entre un amor que fue y el amor que se tiene, ya que el amor que fue se encierra dentro de un cofre del tesoro, esperando ser descubierto en la inmensidad del jamás. Es aquel que nos demuestra quiénes éramos, reflejo tácito de nosotros mismos, alama gemela en el olvido. Es el más puro y sufrido de los crepúsculos incendiados en nuestra memoria, aquel error organizacional dentro del algoritmo subversivo, y es gracias a ese amor silenciado que las palabras, para el nuevo amor, supuran de nuestro ser un nuevo concepto de belleza y sinceridad. La negación de un amor silenciado es el infortunio de nuestras vidas, pero a veces es el infortunio el único medio posible de lamentar cuanto te había amado, sin dejar de descubrir nuevos tesoros escondidos en la playa de la vida, apreciarlos, enamorarlos, cometer pecado.
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