Te pronuncias en la montaña con tiro,
alegoría del espejo marino,
eres fluido mortal del cigarrillo.
¡Oh, vestigio sanguíneo de reyes!
Cantas sobre el cielo y más lejano
en las profundidades congeladas del alma
en una época de Picasso.
Canta azul que no te escucho
y remide tu templanza,
belleza y elegancia
dulce empalagoso del ánimo perdido.
¡Canta azul con jilgueros!
Que los puertos sean tu sequito.
Te vociferas en faldas mexicanas
desnudas el alba
Recorres matutino mis campos,
bajo cielos en gestas de batallas
donde tu ardor es paz y delicia
en un mundo rojinegro
donde mi gente muere con el sol
sin tierra que los cobije.
Lucas Luján
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